Alba de luna nueva
por los campos centinelas,
cubiertos de sales y arenas,
firmes, en un estado
de supervivencia,
tras la muerte, obsoleta,
de figuras, reemplazables,
en esta tierra de nadie,
con el título de la muerte,
a cuestas, en la espalda,
de quien la piensa
y, en las manos,
de a quien le llega,
por sorpresa o esperada.
Me aferro,
en un holocausto
de guerras sangrientas,
donde hasta,
la palidez de una enfermedad,
me parece bella.
El soponcio
de una muerte lenta,
me da, de cruces,
con una realidad de la vida,
que nos lleva, poco a poco,
a desaparecer de esta tierra,
¡para siempre!
Entiendo la pena,
de decir adiós,
a tantas cosa, queridas y bellas.
Injusta la muerte…
mi muerte…
[…] https://poemasdemercedes.com/2019/03/17/injusta-la-muerte-numero-320/ […]
Me gustaMe gusta