¡Misterio! ¡Misterio!
Yo, cuando sueño,
vivo.
¡Misterio! ¡Misterio!
Yo, cuando vivo,
sueño.
Y, una venda, en mis ojos,
la causa de mi misterio.
Me tiene confundida,
para no ver, tanto dolor,
sin fundamento,
para no ver, tanto dolor,
en mi cuerpo,
postrada,
en esta cama de hierro,
con el silencio,
de los días eternos,
con el misterio,
que me arranca, de cuajos,
las visiones
de cuando, yo, vivo.
¡Estoy durmiendo!
[…] https://poemasdemercedes.com/2019/03/16/visiones-numero-319/ […]
Me gustaMe gusta