De nuevo me llaman,
a eso de las nueve,
una cita programada,
¡un tac!
Un contraste yodado,
recorrerá mi cuerpo;
se verá todo detallado.
Otro preparativo
para mi operación.
El uno de abril,
ese tac,
permitirá que me adentre,
en ese quirófano latente,
donde, la vida,
parece detenerse,
con esos profesionales,
tan profesionales,
que me aguardan allí.
Me queda menos para terminar
o para comenzar.
¡Un nuevo comienzo!
¡No debo hundirme!
¡Fuerte contra ello!
¡Lucha pura y dura!
Así que, hoy,
deseo que llegue ese día,
para subir, en breve,
esta montaña, tan dura,
que tengo frente a mí.