Poncio Pilatos levantó
su mano.
Hoy, no se imagina
esa magnitud.
¡Causa de dolores,
en corazones nobles!
Reglas inhumanas,
en almas de sabiduría celestial,
que indagan, en las consciencias,
de una loca sociedad,
desfasada de todo mal,
con la insurrección de la maldad,
¡con el enfrentamiento abismal,
entre seres humanos!
Y, Poncio Pilatos,
¡levantó su mano!
Hoy día,
verdaderamente:
¿quién o quienes
no levantamos la mano?
¡digamos yo!
¡seremos grandes privilegiados!
sin ninguna duda.
El que esté libre de culpa que tire la primera piedra…
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Cierto riol. angel.
Un abrazo
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