¡No puedo más!
¡Qué congoja!
Años y años,
con este sufrimiento.
Hoy,
lo saben los peces del río,
saben, lo que, yo, te quiero.
Y, en mi soledad,
en el agua, los dibujos
con tu nombre,
la corriente, se los lleva,
¡lejos! ¡muy lejos!
Tú,
en el otro extremo del pueblo,
mi amor, prendido,
con fuego
y, lo soporto,
por la frescura del río,
por la frescura del viento.
Temblores,
en un día de amargura.
Tú, te vas, por el aire,
para no verme por el río
y, lo saben,
los pájaros del cielo,
con su alegre canto,
despejan
el dolor de mi cuello
y, con su vuelo,
liberan, los nudos,
de mi corazón, engarrotado,
por una carga, de llanto.
Y, lo saben,
hasta los lirios del campo
que, con su perfume,
despejan mi respiración,
¡inspiro! ¡expiro!
jamás lo había hecho antes,
tu amor,
no me dejaba tomar aire,
se me ponía delante.
Y, lo saben,
los flamencos del parque,
donde, tú,
te paseas por las tardes.
Y, lo sabe, hasta el aire,
en secreto,
silba tu nombre
y, en el madroño,
lo he grabado
para que no lo suprima el viento.
Y, lo sabe, hasta el sol,
sus rayos, harán su parte,
calentarán tu corazón
y, la luna,
te lo dirá, quemándote.
😘😘😘
[…] https://poemasdemercedes.com/2019/11/02/susurros-numero-590/ […]
Me gustaMe gusta
¡Me encantó…qué bello poema! Mercedes….el nombre del amado se dibuja entre las aguas del río y hasta las aves saben cuánto te hizo sufrir…Te invito a mi reciente poema LA ESPERANZA RENACIÓ….Un saludo fraternal.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Ingrid por tu lectura!!!!!
Fuerte abrazo guapa!!!😘😘😘
Me gustaMe gusta