Pinzada mi historia
de peregrina amorosa,
embarcada en el sueño
de un despertar,
en una vida mejor,
en algún nuevo paraíso,
en algún nuevo paraje,
al ritmo de alegrías,
al son de bellezas,
en un satélite nuevo.
¡Qué más da!
yo, lo que quiero,
una segunda vida,
una tercera,
después de mi sepultura,
un nuevo regalo.
Lo solicito de antemano,
a lo mejor, hasta puedo,
pedirlo a la carta,
en el culebrón…
de este momento.
Y me asomo a las mazmorras
de la muerte,
después de reencontrarme,
con el tío de la guadaña.
No me imagino su entraña,
su intención, ya la conozco.
Tengo un estímulo brutal
para que retroceda,
a las mil maneras,
Y sólo sé que es…
una triste calavera.
https://www.safecreative.org/work/1908171715091-guadana-numero-500
Pingback: Guadaña – cancerpoemas