Querido amigo,
eternamente, llevaré la duda.
Tu sonrisa de nácar,
alegría en tu cara.
Tus «buenos días»
cada mañana.
Tus tertulias conmigo,
la política,
nuestro punto de inflexión.
Querido amigo,
eternamente, llevaré la duda.
No sé, si es que tú,
fuiste hipnotizado,
por la mala serpiente
de Adán y Eva,
quizás, entró en tus sueños
y cambió tus ideas.
No sé, si un gran perro negro,
te fue llenando la cabeza
de una mala oscuridad.
No sé, si un pájaro carpintero,
destrozó tu cerebro.
No sé, si un cerdo bellotero,
hizo siniestra tu mente.
Querido amigo,
eternamente, llevaré la duda.
Querido amigo,
quisiste tomar tu vuelo,
lejos de aquí,
a los otros mundos,
a los perdidos mundos.
Querido amigo,
yo, eternamente,
llevaré… la duda.
https://www.safecreative.org/work/1908101666011-suicidio-numero-491