Zepelín (Número 340)


Filigrana

en este mes de abril,

radiante,

un zepelín, con una tunda,

en esta cabeza de alfil,

me da tantas vueltas,

como el tío vivo de la feria.

Miro la quietud de las palmeras

y, un mareo,

viste de gravedad mi cuerpo.

En un segundo, inmóvil,

yaciendo en el suelo.

Tengo miedo de perderte,

después,

de sentirme tan pequeña,

vulnerable…

Sé que no soy eterna,

quizás,

no llegue a mi vejez,

¿quién sabe?

Solo sé que, ahora,

te recito este triste poema,

llena, de una tremenda pena.

Si tú lo escuchas

es para ti, mi amor;

¡amor de mis mil maneras!

¡amor de mi soliloquio!

¡amor de mi aventura!

¡amor de mi compañía!

¡amor de mi vida entera!

Un comentario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.