Y, en mi nave, con tu compañía
con las pisadas de tu estampida,
con el logro del viaje a otra vida,
con mi amor por ti, día a día.
Con la forma turbia de tu manía,
índice de tu patraña escondida.
Con tu bulo vivo en cada exida,
en el letargo de mi fantasía.
Y, sin tu cercanía por las tardes,
para mi sorpresa, tu abandono,
me ciega el engaño de tus alardes.
Y, en mi gólgota por tu mal tono,
por indebidos tratos de cobardes,
¡kermés por el óbito de mi ozono!
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