Triste, con mis ojos en tu ventana,
observante de tu conversación,
me abrazo a la desilusión,
mi exposición a quizás mañana.
Con mi bestial exhalación humana,
con haz de mi luz a tu compasión,
por ruín callejón, sin
dilación,
avispada mi enfermedad emana.
Justo en mi cárcel tu amargor,
a diario, víctima de tu penal,
vencida por desaires sin tu amor.
Tullida por la quietud terminal,
dueña de tus escenas de actor
y amante de mi dolor triunfal
1 comentario en “Amnistía (Número 166) Soneto”