En mi alma, sangre con fría candela,
con sufrimiento de mi esternón,
con el catéter de tu alta tensión
mi creación, tu cara de canela.
En tu búsqueda por la ciudadela,
en tan recóndita
superstición
y dentro del mar de la perdición,
con el caos de las noches en vela.
Los besos de tu olvido,
patraña
con la necedad de tu
embestida,
mortíferos abrazos de tu maña.
El maleficio cerca de mi
vida,
tantos sinsabores con tu calaña
que me hunde tu desamor
suicida.
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