Tocar el infinito (Número 142)


Y me hubiera gustado,

vida mía,

hacer el amor contigo,

aquella noche oscura

en la que las luciérnagas

cortejaban

tu nombre y el mío,

mi vida,

Seguro que, tú y yo,

hubiésemos tocado el infinito

igual a un sueño, mi cielo.

Y hubiésemos viajado

a un mar desconocido,

fructífero mar,

aguacero de nuestros

corazones

al llorar de alegría.

Y hubiésemos surcado

los mares habidos

y por haber.

Y hubiésemos fundido

nuestros cuerpos

en las profundidades

de los océanos.

Después,

con alevosía,

hubiésemos bailado

con estrellas y luceros.

Y hubiese amanecido,

con nosotros,

un bello día,

corazón con corazón,

¡cuánta energía!

Y hubiese resplandecido

la vida con fogatas.

Y hubiese amanecido,

cada día,

con un sol despampanante.

Así lo siento yo,

así lo vivo yo,

vida mía.

Una respuesta a “Tocar el infinito (Número 142)”

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.