Mi pesar furioso y
delatador,
mi pesar urente hasta mis
cejas,
por tanto miedo a tus
candilejas,
pozo en mi sepulcro
demoledor.
Suspiros por tu temple
aclamador,
en mi espejo, tus querencias
viejas,
cazadoras de mi vida, sin
quejas
y sin desplantes de
chasqueador.
Con mi poema, mi sagrado
loto,
con tu candela, albor y
pasión,
conjuro de amores, el mejor
voto.
Y mi riqueza, tu
veneración,
magnate de mi vasto
alboroto,
chiribitas de
resucitación.
1 comentario en “Obsequio (Número 144)”