Entre cristales de tintes
nublados,
entre espejos lúgubres
malditos,
perdida en espacios
infinitos
de incontrolables
acantilados.
En espacios equívocos, sin
hados,
con momentos maleantes,
marchitos
y, por todos tus engaños
suscritos,
el trancazo a todos mis
candados.
Desventurada en cada
caída,
por tu abandono y tu
quietud,
virtual caleidoscopio de tu
huída.
Y con mi savia sin tu
plenitud,
con rasgados de una caza
vahída,
libérrima en mi
esclavitud.
Fotografía Pexels