Cupido,
tu amor me sabe a versos,
delineados,uno a uno,
con un arpa y una lira
que, gustosamente,
a ti, te recitan,
poesía de altos
cactilios (llanura de los rayos).
Y, a ti, te nombran
en cada sonido,
sin omisión,
a tu altruista
batalla de lunas;
esa batalla
que, libraste, con el desamor,
hasta llegar,
a tu honorabilidad,
en este castillo de dioses.
¡Cupido! ¡Cupido!
¡Has resucitado!
Pingback: Cupido (Número 101) – 🌎 Alquimia. Bellos poemas. Mercedes Merluna.