Vilipendiando,
a este arte fantasmal,
inmortal,
por tu farsa incesante
por tu vil incongruencia,
la que me clavas,
ilustradamente,
con pendejos
de tus ardientes venas.
Y, aún,
ponderas el insomnio,
de un verano caliente,
donde nadie duerme,
¡nadie!
por esa cruel agonía,
ni tan siquiera,
el hombre más pudiente.
Y, cada cual,
con su féretro a la vista,
muchos, sin haber pensado,
aún,
cuál será su epitafio,
cuál será su despedida,
cuál será su adiós
al desaparecer,
de esta vida.
Mi epitafio…
frente al espejo,
yo, lo repito:
¡Yo, no me iré!
¡Yo, no me extinguiré!
¡Solo desapareceré!
Solo…¡hasta luego!
Mercedes Luque Navarro
poemasdemercedes.com

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