Amanece
dentro de mi mente,
mis dotes de clarividente,
un sorpasso
que me acarrea
dones de palabras.
Y, este instrumental,
me acribilla la cabeza,
un tornado,
pasa por ella,
sin miramientos.
Y, silba la tertulia,
de cientos de bandoleros,
trotando en sus caballos,
en una tarde agitada,
en una tarde “saboría”
por el enfrentamiento,
ante el alcalde de su pueblo,
cruel bellaco,
todo lo quiere para su saco.
Así, que su marcha
hacia el centro del pueblo,
hace fatídica mi tarde
y, hasta siento,
las herraduras de los
caballos.
Y, además, el sofoco del
alcalde va calando
en mi mente.
Y, hasta siento,
su horripilante aliento,
en mi cara.
Ya, en el suelo,
jura a todos los bandoleros
que su cambio llegará…
que el pueblo
será lo primero.
Lo jura delante de todos
y se oye, un trabucazo,
a lo lejos.
Y es que …
los bandoleros ya lo
anuncian a su pueblo.
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