Ser de aquí,
¡qué más da!
si todos somos iguales.
Al nacer,
¡qué llanto! bello llanto,
ante nuestro comienzo,
en este camino,regalo de la vida.
Nuestras vivencias,
nuestro destino,
hasta llegar,
al final de nuestros días.
Y, un llanto de pena,
¡la muerte nos espera!
¡sorpresa ostridente!
no sopesa,
nada de nadie,
no perdona
ni al más adinerado.
Quizás, te cogepor sorpresa
pero te lleva.
La muerte,
sentenciadora,
llega.
Aquí, allá,
a todos nos espera,
por igual.
¡Justicia verdadera!
¡Justicia imperecedera!
Buena a prosa, pero aun no puedo comprender como le dices “justicia verdadera” a la dama de la guadaña. Que es ser justo para ti, Mercedes? Me gustaría saberlo, porque quizás me apresuro a emitir un juicio de valor, sobre lo que has escrito y tu lo has hecho, con otro significado. Te aclaro que no le temo a la muerte, porque esta vida es solo un transito…Un cálido saludo.
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Pues tienes razón, solo es justa en el fondo porque nos extingue a todos aquí en la tierra,
en la forma en que lo hace no es nada justa
Encantada por tu comentario, me ha invitado a pensarlo
Un abrazo cielo!!!!!!
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