¡Qué pena!
pronto, sin vida.
Y entre los humos
de mis candelas vividas
se consumen mis recuerdos,
se fueron…
de mi memoria.
Se va mi vida,
palmo a palmo,
entre las sombras
perdidas,
entre las batallas
ganadas.
Se va mi vida,
en los barcos
hundidos,
en las perlas
abandonadas
¡Qué pena!
se gasta mi vida.
No las ganas de vivir ¡no!
Nolas ganas de volar ¡no!
Quizás me acerque
a la gloria
mas ¡qué pena!
¡se gasta mi vida!
¡Qué pena! (Número 68)

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