Amor, tú y yo,
en el agua
de la noria
de la felicidad,
en el alimento
de nuestros centros,
en un lugar paradisíaco.
Lindo mar.
tu mirada,
con la profundidad
de los océanos,
con un bálsamo mágico
que unta mi corazón
de sales virtuosas,
con un gozo celestial,
sanador,
de mi limbo cerebral.
Tú me miras
al son de la música,
con las notas
de la verdad…
Tú me miras
al son de la música,
con las letras
de la deidad.
Así,
con tu fortuna
en mi vida,
con tu dulce mentol,
con tu cuerpo,
petrificado en el mío,
me enredo
en la locura
de tu mirada,
me ato a tu carne
y, mi alma, sobrevuela.
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