A ti, virus desconocido,

tienes, al mundo, en vilo.

Tu presencia, por sorpresa,

nos ha cogido desprevenidos.

No salimos con gusto,

nuestras miradas con tristeza.

Nuestros abrazos

en el baúl de los recuerdos.

Nuestros familiares ausentes,

algunos se han ido para siempre.

¡Virus asesino!

¡No debiste presentarte!

¿Por qué lo has hecho?

El divino tesoro se la juventud,

durmiendo.

Los niños atendiendo,

protegiéndose en sus juegos.

Los mayores, carne de cañón,

perdiendo sus trabajos,

quedando, en un vacío limbo.

Los empresarios con miedo

su capital, en peligro,

sus vidas, lo mismo.

Los de primera línea,

en el fuego,

con los cañones, disparando,

en todo momento.

Nuestra vida pierde su rumbo,

ansiosos, porque desaparezcas.

Tu batalla, muy dura,

en la necesidad de un respiro,

que nos eleve, a nuestro estado

de tranquilidad, en esta vida.

El tiempo, nuestra medicina,

contigo, lo perdemos,

un mundo paralelo de rabia.

¡Podrías irte de una vez

y descansar entre los muertos!

Esos mismos a los que, tú,

te has llevado antes de tiempo.

¡Maldito virus!

¡Descansa!

¡Déjanos perseguir nuestros sueños!

Ocho de abril de dos mil veintiuno.

🥰🥰🥰😇

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