Con ese cuerpo de oro puro
y, en tus delicados brazos,
un abrazo insuperable.
Con tu radiante aura,
desde tus profundos ojos,
cubriendo,
toda tu bella cabeza.
Y, con tu inclinación,
hacia mi persona,
que me hizo, verte,
de una especial forma.
Y, en tus manos blancas,
una linda paloma,
y, en tu pecho,
un enorme corazón.
Todo tu amado cuerpo,
cubierto, por el amor.
Y, ese aura de oro,
en ti, lo veo yo.
Tu ardiente tesoro,
candente,
por tus células doradas.
Tu elevación,
¡hacia el dorado sol!
¡hacia el condecorado sol!
¡hacia el luminoso sol!
¡hacia el saturado sol!
¡hacia el repleto sol!
¡supremacía en tu sol!
amado mío…
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