Noé,
hubiese hablado, de mí,
en sus tertulias.
No hubiera desistido
de tal hazaña.
Yo, le insistiría,
entre balas de amor,
para el inicio,
de una campaña,
de protección de animales.
Tanto le gustaba cuidarlos
que, sin un animal al lado,
Noé, no hubiese sentido,
el placer de la vida.
Solo, entre esos seres,
él, se sentía vivo.
Noé,
¡ponte en contacto conmigo!
te contaré cómo,
en este siglo,
no se cuida el medio ambiente.
El hombre,
por decir el hombre,
está loco perdido.
Tiene, en sus manos,
el final del planeta Tierra,
no se compromete con ella.
Puede que tú, Noé,
algún día, vuelvas,
estás avisado Noé,
¡S.O.S.! ¡S.O.S.!
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