Y, tu indiferencia,
me duele, una herida
con cal viva
y, no se me cura,
con nada de esta vida.
Y, tu indiferencia, cada día,
cada vez que abro mi correo,
cada vez que miro mis adentros,
cada vez que de noche leo.
Y, tu indiferencia,
mi llanto, sin una ayuda,
para este inmenso dolor
viaja dentro de mí,
en mi alma, en mi poema.
Y sólo se me fragua una pena,
distinguida pena,
por ser, yo, tu indiferencia,
Y, seguro que lo haces adrede,
dañas mi ente,
lo desvelan tus actos.
Y no tengo una indemnización
y no normalizo mi vida;
esta vida, donde,
no recupero mi ánimo,
esta vida, donde camino,
a un lugar estrecho y feo,
esta vida, donde lo tuyo,
me llena de tormentos,
en este lugar, tan tétrico.
0 comments on “Indiferencia (Número 444)”