Y, por la mañana,
ellas, mis cirujanas,
vuelven a mi cabecera.
Ahora, las veo mejor,
estoy algo más espabilada.
Buenos días:
-te miraremos otra vez,
a ver si eso, marcha bien.
Destapan mi herida,
la miran muy fijas
y me dicen que sí,
que todo va mejor.
Y, durante la mañana,
dentro de poco,
subiré a planta.
Me prepararán,
de nuevo, a mi cama.
Muy pronto,
a la quinta planta.