¡Saltos! ¡Voces! ¡Risas!
¡Juegos! ¡Amigos! ¡Caricias!
¡Novios! ¡Carreras! ¡Sillas!
¡Gorras! ¡Tumbonas! ¡Sombrillas!
¡Puentes de madera! ¡Balones!
¡Flotadores de salvamento!
¡Toallas! ¡Bikinis! ¡Calzones!
¡Camisetas! ¡Bañadores!
¡Palmeras! ¡Tejas! ¡Pinos!
¡Farolas! ¡El cielo! ¡Los niños!
¡Los abuelos! ¡Tenis de mesa!
¡Columnas! ¡Chimeneas! ¡Palmeras!
¡El sol! ¡La sombra! ¡Las plataneras!
¡Bolsos! ¡Pañuelos! ¡Papeleras!
¡Balcones! ¡Sillas de ruedas!
Todo esto y, mucho más,
desde la terraza de este hotel,
¡qué vistas más loables!
Me transporto,
fugazmente, a su harén.
Me hundo, en sus aguas
transparentes, paradisíacas.
Y, en este día,
con la luz del sol,
huyo de un shock dañino.
Me resguardo,
en esta habitación,
por lo que tengo,
en mi cuerpo.
Disfruto, sin carreras,
sin baños, sin juegos…
y, soy, partícipe de todo.
Aún así, doy gracias
por estar aquí.
Disfruto de mi victoria,
de mi gloriosa bendición,
aquí, ahora.
😘😘😘😇
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