Y, los momentos,
cerca de ti,
más llevaderos,
con esa alegría
de tus besos,
en la intemperie
de mi desolado corazón.
Y, ausente de este mundo,
cicuta,
de un trasfondo mustio,
problemas del dolor
de mis males embriagantes,
en la locura, tan imbécil,
de mi negra vida,
oscurecida, por las pérdidas.,
transformada,
en druida en pena.
Y, al estar a tu vera,
olvido, por un momento,
mi ruina.
¡Jamás una derrota!
Me retuerzo,
en el lodazal de mi pasión,
a la espera de tus besos,
mi amor…