No me quedé en quirófano,
en ese lugar donde, otros,
lo hicieron,
en ese lugar donde, la muerte,
ha estado, seguro, tantas veces,
en ese lugar donde, la muerte,
ha hecho su trabajo,
disimuladamente.
¡Estuvo allí! ¡Cerca de mí!
¡Yo la vi! ¡Ella me vio!
¡Se río en mis narices!
¡Echó una carcajada al aire!
¡Huyó, entre una niebla espesa,
con olor rancio de muerte!
¡Se giró hacia la derecha!
¡Tenía otra cosa pendiente,
la muy pendona!
¡Se alejó hacia otro lugar!
¡Dsapareció de allí!
Y, a lo lejos,
se escuchaban voces.
Se terminaba la vida
de un hombre joven,
entre llantos, cerró los ojos;
la muerte, se quedó allí,
con él.
A mí, esta vez,
me dejó tranquila.
No sé porqué,
¿será injusticia?
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