Pido perdón,
a todos vosotros,
por mi letargo,
por la mala ruta
de mis vicios,
incongruentes vicios.
Pido perdón,
por una vida,
extremadamente rara.
Pido perdón,
por una vida,
de humana desesperada.
Vosotros me llamáis,
loca, loca…
Os miro, fijamente,
desde el otro lado de mi alma.
Sigo siendo de hierro;
no veo vuestro color,
ajeno para mí.
Pido perdón,
a todos los dioses;
a los míos y a los extranjeros.
No les hago caso,
sigo en mis creces.
Torturas, en mi cabeza,
amargura sin pintura.
No doy, un paso acertado,
que cure mi locura.
De nuevo,
¡pido perdón!