Déjame vivir contigo,
en el trasiego de mi vida,
en mis idas, en mis venidas.
En busca de una salida justa,
en este trajinar,
de temperaturas extremas,
donde me llega, con fuerza,
lo malo;
no se retira de mí.
Lucho a mi manera
y, ante tu mirada, me pierdo,
por este camino de guerrera.
Honro tu positivismo,
cuando me hablas,
de lo que, tú, mismo piensas.
Me desnudas,
con tu brujería interna.
Me haces el amor,
con una frase que me quema.
Me acurrucas, junto a ti,
como a una luna nueva,
sin importarte mis pérdidas,
sin lástima, por tener,
ante ti,
una perdedora extrema,
en esta injustificada vida
que, llevo, de miseria en miseria.
Amissis caput neum.
(Perder la cabeza descaradamente).
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