Enloquecí,
sin ti, a mi vera.
Las señales me hablan
con sabiduría.
Mi amor por ti
destroza mi corazón,
¡qué pena, el no sentir,
tu piel junto a mí!
¡el no mirar, a tu cara,
cada día en la mañana!
Este dolor me quita el sueño,
las ganas de mi alimento.
¡Sin receta! ¡Sin remedio!
¡Esclava de mi pensamiento!
¡No te saco, de mi cabeza,
en ningún momento!
Mi pena, con este dolor,
tan tremendo.
Musgos mis sentimientos,
sin flores.
Estoy, sin vivir,
¡viviendo!
1 comentario en “No vivo (Número 298)”