Rompiendo el hielo
entre tú y yo,
carmín eléctrico de abril,
empecinado, en apoderarse,
de las ataduras de mi corazón,
con hilos sangrantes,
de fuego y pasión
que, caen, en tus redes.
Ayer inimaginable,
jamás, creí,
en este latigazo
de tu cordura plata,
igual que la luna
que, veía en mis sueños,
en este mes de junio,
junto a ti.
Y, así, sin más,
se cumple mi gran milagro,
amarte,
antes de las claras del día,
bajo la leal luna plateada de agosto
que nos mira,
eufórica, placentera,
en su atril de dama bella.
Muy bello poema, gracias por compartirlo. Saludos!
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Muchas gracias Franco Puricelli,
encantada con tu visita.
Un fuerte abrazo!!!😘
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