Y, la curiosidad, me llama;
albañiles, con sus porrazos,
constructores, derribadores,
a martillazos vivos,
coches que pitan, sin descanso,
cacharros de feria sacudiéndome.
Mi cuerpo, quizás,
¡no esté aquí!
¡dentro del enorme imán!
Mi cuerpo, quizás,
¡viaje a otro lugar!
¡ay! ¡qué lugar!
¡gracias Damadian!
Yo, en este momento,
dejo mi mente a la deriva.
Y siento, a veces,
que no puedo moverme.
Y siento, a veces,
que necesito ayuda.
Y siento, también,
que soy una abuelita,
en mi cama,
a la espera de mi aseo,
por la mañana.
Además, floto,
¡no tengo cuerpo!
No avisaré,
al personal sanitario,
con esta temblorosa perilla,
que agarro, con mi mano izquierda.
Y, este señor,
científico inventor,
¡no estaba loco!
Él miró, al ser humano,
¡con otros ojos!
Él lo vio metido,
dentro,
de un enorme imán,
Y, con esta resonancia,
¡me inunda la fantasía!
¡parezco una utopía!
¡puedo estar!
¡puedo no estar!
¡yo voy! ¡yo vengo!
¡no sé cómo! ¡no sé dónde!
pero ¡vuelo!
¡no abro mis ojos!
y despierta, ¡sueño!
¡Gracias Damadian
por tu aportación a la ciencia!
¡Te lo reconozco Damadian!
Con un diagnóstico mejor,
una cura mejor, sin duda,
¡es posible!
¡Muchas gracias Damadian!
2 comentarios en “Científico Damadian (Número 285)”