
Y, un siete de febrero,
comienza mi andadura,
camino nuevo, aventura.
Gran sorpresa,
en mi mejor momento,
ni siquiera,
he saboreado mi momento,
quizás,
engrandeceré mi alma,
buen premio, por cierto,
aún no justificado.
Y, lo mas fácil, hoy,
analítica, electro.
Pronto solucionado,
regreso a casa.
Y me siento grande,
fuerte,
un eucalipto perenne
anclado a esta tierra,
con la energía de una gacela;
así estoy yo,
con ganas de seguir,
no quiero derrumbes
que me manden a la agonía,
lucharé para estar aquí
viva, en la tierra.
Y aprovecharé mi vida…
lo que me quede de ella.
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