Y, todo mi amor,
para ti,
tú, el caldo de mi vida.
Triplico mi sentimiento
cada vez que me miras.
En el río fresco,
tu reflejo.
En la luna clara,
tú que me amas.
En el agua salada,
tu bella estampa.
En el sol dorado,
tu gran abrazo.
En el verde campo,
te amo y te canto.
En el cielo claro,
me das tu mano.
Y, con canciones de París,
me haces el amor, allí;
en el Sena, sin fin.
Y, con los animales del
bosque,
tú que me coges.
Y, yo, amándote,
¡siempre!
con la desventura
de no tenerte,
¡nunca!
con la tristeza de mi soledad
y, con la necesidad de
amarte,
en la fábrica de mi amor,
en este universo,
solo, al pensar, que te tengo.
Amado mío,
ya sabes,
¡conoces mi fortuna!
¡lo que yo te quiero!
¡mi corazón, en destierro!
«In exsilium»
(En exilio)
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