Tú y yo, juntos,
oro y plata,
nuestro brillo,
no se aguanta.
Tú comes de mí,
yo de ti.
Tú, un rayo poderoso
que brilla por rincones
nefastos del universo.
Dejas tu ramalazo,
de luz y de amor,
en la piel, en los ojos,
en el corazón,
de quien te mira,
mi amor.
Yo, un unicornio
de colores bronceados,
solsticio de tu brillo
que anuncia el amor,
cogida de tu mano.
Tú y yo, juntos,
amor mío.
¡No somos de la tierra!
¡Algo han puesto los dioses
en nuestro amor!
¡Algo que rebosa
en nuestra unión,
vida mía!
Nuestras células
bailan, vibrantes,
con los dioses.
Y, nuestra unión,
santolina eterna del cielo,
por lugares gigantescos
que hacen, de lo bueno,
un lindo palacio
¡eterno!
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