Tengo una estrella
en el cielo, cada noche,
me hace un guiño,
con el frunce de su ceja.
Con su sonrisa,
revoluciona mi vista,
mi mirada embelesa.
Me abre su puerta secreta
para que sueñe despierta.
Respingo sonrojada
para que me vea,
le mando señales de humo,
con ella,
penetro en otro mundo.
Trasfundo mi sangre,
hacia mi estrella dorada,
cada vez que me llama.
Mis noches, con ella,
vuelan, al versar
de lindos poemas,
me rodean planetas
con cantos de sirenas.
Me miman con
su harpío,
me regalan saludos
de su mundo.
Y temo que acabe la noche,
siento mucha tristeza,
para mí, se hacen hadas
para vivir en la naturaleza,
al clareo de la mañana,
con el despunte del alba.
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