Mis ilusiones, fuera de tu
talla,
por el heraldo que hablas por
ahí,
mentiras y blasfemias sobre
mí,
la descortesía en tu
batalla.
Tu corazón, padre de una
muralla,
sordo al calor de mi
popurrí
después de que, por él, me
abatí,
tú posas tan indolente,
canalla.
Atónita por tu insulto,
ingrato,
extrema inquietud en esta
barraca,
soliviantada por ese
maltrato.
Pésima naturaleza,
opaca,
ciega por el llanto hacia tu
trato,
por el yugo de tu injusta
estaca.
Pingback: Soez (Número 153) Soneto – 🌎 Alquimia. Bellos poemas. Mercedes Merluna.
Hermosa y desafiante entrada! Un cálido saludo.
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Muchas gracias elcieloyelinfierno
por tu agradable comentario.
Un abrazo y buen día!!!!
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