Mi compañero de hoy, el silencio,
hasta mi momento de confesión
en una noche mártir, emoción
en un ápice de amor, te sentencio.
Tu espíritu con alas, lo presiento,
en la entrada de mi corazón,
apasionados, con esta canción,
sobreviviendo por amor al cencio.
Los dos, sonrientes, en este sendero
y una mariposa pincelada
nos planea, vespertino lucero.
Coqueteo en mi creación soñada,
con tu alegría de jaraneo,
mi alma curtes con flecha destellada.

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