Por tu amor me desplazo desde
Flandes,
en gnomo convertida, sin
aliento.
Casi a la muerte veo, no
miento
por tus idos amores en
desbandes.
Me han perseguido enemigos
grandes
y también un enemigo
hambriento.
He pasado sed, hambre y
tormento,
fruto de los aires que tú
expandes.
Todas mis heridas brotan
ahora,
con certeza, su reparo al
verte.
Restos de tortura, mi
antecesora.
Fluyendo así para
poseerte
con briosa llamarada
creadora,
entre lazos, petrifico mi
muerte.
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