La sencillez,
en los gestos se te ve.
El trino del pájaro,
en tu garganta.
Los dedos del cisne,
en tus manos.
La elegancia, en tu cuerpo,
tu contoneo bello.
Tu movimiento, al aire.
Tu sonrisa, elegante.
Sublevación de campesinos,
perdidos,
en las costumbres de un día frío.
La fogata, encendida,
los trazos de la vida,
los cánticos alegres,
ronroneo, de marcas,
en unas venas cansadas,
con puentes, desprotegidos,
hacia las marcas estándares,
de cortinas de humo,
que arden, ferozmente,
hacia las torres de cigüeñas,
endebles, fortalecidas,
por su vuelo feliz
y con el frío, que pela,
de las altas esferas
donde, los duendes,
me esperan,
con la pronta logia
de cánticos, empedernidos,
por unos caminos bellos,
con la garganta, ensombrecida, por la pena,
de noches de desilusiones
frente, a un espejo, que marca,
el paso del tiempo sin más,
el ruido del hipo en el oído
y las pérdidas
sin más remedio que decir:
¡AHORA! ¡LA VIDA ES AHORA!
🥰🥰😇
Bello poema. Saludos
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Gracias canariona!!!!🥰🥰
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Un abrazo!!!
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Prosa sencilla y elegante. Saludos.
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Gracias Gustavo por tu comentario!!!!!
Un abrazo!!😘😘
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🙂
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