Pudiente dolor,
en brazos,
de una calmada soledad,
dentro,
de los empirismos muertos,
sonriente, por dentro,
por fuera, ausente.
La vida, pasajera,
contamina mis penas,
dulcifica mis flores.
El oro, muerto,
la pesadumbre,
dormida,
entre un bullicio, desbordante,
con las mejores galas,
en las fiestas del norte y del sur.
La vida, distinta,
la de ayer, la de hoy,
la de mañana…
Todo, gira,
en una tolerancia mágica,
¿quién lo diría?
El peor postor, me llega,
¡por la espalda!
¡no me derrumba!
Detrás, las fechorías,
muertas, en un desdén,
que me consuela.
A ti, te tengo delante
y, mis fracasos, me saben,
a estridentes desconsuelos,
muertos,
por un hambre calmante
y por una buena historia,
de heridas curadas,
en el estrepitoso margen,
de mi vida, forjada,
a hierro y plomo,
en mis carnes saciadas…
🥰🥰🥰🥰🥰