Dormida (Número 1.159)


Triste de mí,

viendo, el paso de la vida,

sin lagunas,

de un tormento escabroso,

con el alimento,

de feroces constelaciones,

por las praderas de locos

espeluznantes,

que me corroboran,

las alternancias,

de mis momentos tristes

por estos terrenos calientes,

caldos,

en una vida de fueros gigantes,

de muchachas dormidas,

por fuertes terremotos,

de calma de duendes,

en los montes oscuros,

de un cuerpo caliente,

candente,

de una mortuoria.

Elementos desaparecidos,

en un suspiro,

el tiempo se va poco a poco,

vuelve,

nosotros nos vamos yendo,

el tiempo es otro.

No se ha esfumado,

con lamentaciones,

de un yo interno,

sin escapatoria,

para lo que venga.

Yo, estoy aquí,

por ello,

no me duermo,

¡es mi tiempo!

🥰🥰🥰🥰

Mercedes Luque Navarro

poemasdemercedes.com

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