Inquietud, en esta esquina,
donde, el sol, se junta con la tierra
y, todas las vitrinas, expuestas,
a conciencia, plena naturaleza,
aires de frescura,
sermones de pájaros,
en los árboles, en las alturas,
mientras tejo, una suave pluma,
como tu alma.
Rosas de neón,
en mi coleta de niña buena
y, enmedio, los besos
que, tú, me das, en el silencio.
Vacíos establos,
ciervos, en mi cuerpo,
trazos, fuertes, de lamentos
cuando, te vas, entre esos árboles.
La frescura, convertida,
en mausoleo…
Un soponcio de desventura,
mi cuerpo, toreado,
lleno de puyas.
La espera, de una muerte
traicionera, anunciada,
por tunantes, sepultada,
por la pena y por la locura
que destrozan, mi alma,
en un hondo pozo,
sin sueños, sin cordura…
😘😘😘😘