Poema para cantar (Número 1.109)


Mis ojos, hacia el cielo,

con las nubes blancas,

de fondo,

enamorada de ti.

¡Dame las llaves de tu corazón!

Quiero abrirlo, yo,

en esta tarde de pena.

No me digas que no

que se encoje mi alma

y me desmayo, sola,

en esta situación

donde no tengo tus besos

ni tus manos, me agarran,

ni me das, un pañuelo,

para limpiar mi llanto y mi sudor.

¡Dame las llaves de tu corazón!

Quiero abrirlo yo

y tener, contigo,

una noche loca de pasión.

No me digas que no

que, yo, te declaro, mi amor,

con esta canción.

Tú, no me digas que no.




A %d blogueros les gusta esto: