Frente al mar,
mi insignificancia,
se acentúa, más y más.
Inmensidad del agua,
poderosa.
Ese resplandor del sol
entre las calderas,
de un imponente asador,
¡imparable! ¡indomable!
¡garante de inquietud
bajo esas aguas agitadas!
¿Quien sabe dónde iré yo?
¡Poderoso el mar!
entre tus aguas, noto la realidad
¡Poderosa la naturaleza!
todo, lo tengo prestado.
Cinco, cuatro, tres, dos, uno, cero…
El tiempo corre,
todo, puede pasar
hasta que, tus aguas bravas,
me lleven hasta alta mar.
😘😘😘
Me encantó este poema, Mercedes…¡somos tan insignificantes ante el inmenso mar! que al menos yo me maravillo de la creación majestuosa de Dios. Te invito a visitar mi reciente poema: SER LIBRE CONTIGO. Te dejo mi saludo en la distancia.
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Gracias Ingrid por tu visita!!!
Un fuerte abrazo!!!!😘😘
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