Mujer (Número 1.024)


Que mis pensamientos
no me hagan flaquear,
yo, no soy, inferior a los demás.
El físico, en realidad,
apariencia,
no es lo que cuenta,
solo, la vanidad,
lo puntua, en alza,
frente a la valiosidad
del alma humana
entiéndase, sin la premisa,
de amar, por encima,
de las fortalezas físicas,
quien no las poseee,
no será, el que quede atrás
en el amor de verdad.
Me miro, al espejo,
sin ningún miedo,
lo que veo solo es pasajero,
con fecha de caducidad,
en la tierra caduca,
el polvo espeso de la noche
de los muertos,
llegará a mi cuerpo,
bonito, feo, delgado, gordo…
eso quedará en el recuerdo,
la valiosidad
la llevo dentro,
en mi corazón de acero,
para todos los naufragios
de mi cuerpo,
en mi poderosa alma,
para todos los atardeceres
de una larga vida,
entre parturientas dolorosas,
frente a los males nacidos,
en esta vida pasajera,
donde me he montado,
en todas las estaciones,
con el sollozo,
de las extrañas ocasiones
donde, la vida, me trató
cual forastera ilegal,
con mis cejas arrugadas,
con mis pantalones, caídos,
después, de perder, tantos kilos
y, con la verdad,
de un fuerte dolor
que me ha perseguido
entre la multitud
de los hombres empedernidos,
al mirar, hacia otro lado.
Yo, que conste,
no me perderé, por ningún camino.

😘😘😘🥰

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