Primera dosis (Número 1.023)


Hoy, un rayo de luz,
un rayo de esperanza,
se cuela,
por una rendija de mi alma,
en este polideportivo,
convertido,
en vacunódromo,
al por mayor.
Cientos de personas,
algunas caras, conocidas,
con nuestra sonrisa,
en este veinte de mayo,
un día esperado.
Una vacuna, en mis manos,
me siento, con privilegios,
en estos duros momentos.
Máxime expectación,
en esta espera,
en esta cola larga,
por cierto,
avanza lentamente,
los pies, se mantienen quietos,
dos a dos,
pasan, por el vigilante.
Más adelante,
la cita para la próxima dosis
y, por fin, en la mesa de vacunas;
los enfermeros, la médica,
la identificación,
unas cuantas preguntas
y, después, de un pinchazo
que ni percibo,
la enfermera,
me pone, un trozo de algodón.
A esperar, quince minutos,
sentada,
con este grupo de paisanos,
¡qué espera más gratificante!
hace tiempo, que no esperaba
tan contenta,
en esta silla y con, mi vista,
en mitad de la nada,
mirando,
a quienes continúan llegando,
al punto más satisfactorio
de este día.
En Lora del Río,
vacunas, cerca del río,
vacunas, que acaben con este virus,
vacunas, la esperanza de muchos,
vacunas, que las haya,
para todo el mundo
La gratitud,
desde los montículos parsimoniosos
de mi alma, cansada,
ante lo que nos está pasando.

🥰🥰🥰😇

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