En el corazón de la vega,
mi cartografia, me llega,
(distancia de una tregua nueva)
a clandestinos especialistas,
contra las paredes
y contra las cuerdas,
tocando, una trompeta,
con la ayuda de mi vecina,
la de enfrente,
siempre dispuesta,
como el agua de la vega.
Arrullos de gorriones
entre su puerta y mi puerta,
colocados,
en una ventana de posibilidades, estrategias,
de los venerables cucos
que no han dejado de llamarme,
en la estación de Lora del Río,
poderoso su Lar, vistoso,
en la alameda del tren,
con una postura discreta,
con los churros cerca,
con los loreños en las azoteas,
cantando la buena nueva,
la Virgen de Setefilla,
nos ha bajado una estrella.
😘😘😘🥰
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