Siento, la sutileza
de tu musa, en mis carnes,
con los mejores acicalados,
interesantes canciones,
con mis ojos, cerrados,
pensando en ti.
Te tengo a mi antojo,
junto a mi cama.
Tu cuerpo de oro,
penetrando,
por mi erizada piel,
justo delante,
de unas fuentes,
de aguas vivas,
que se deslizan,
por tu silueta espacial
y, ascienden,
por mis muslos, acabados,
en la vitrina de los espantapájaros
y, por mis pechos,
cansados, decaídos,
por ese tiempo pasado,
fuera de la memoria de algunos,
de los que me han ido acompañando,
en los momentos de mis milagros.
No sé, si a ti,
te pasa lo mismo.
Cierra tus ojos,
puede que notes
que, mi pasión, aún no se ha ido.
Tengo un enorme mar rojo
dentro de mi corazón.
El milagro del amor me acompaña,
después, de tantos caminos obsoletos.
La virtud de caminar a tu lado
me los ha ido abriendo.
Y, hoy, soy un Cristo,
sufriendo,
por un amor que huye
por mis dedos, cansados,
por amasar un pan caliente
que, ya, quema en mis manos.
No sé cómo curarme
si los tengo achicharrados.
“Tengo un enorme mar rojo
dentro de mi corazón.
El milagro del amor me acompaña,
después, de tantos caminos obsoletos.”
👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻
Fantásticos versos, Mercedes.
Fuerte abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me alegra que te guste!!!
Muchas gracias rimasflotantes y buena tarde!!!!!
Me gustaLe gusta a 1 persona